Ya comentábamos en un anterior artículo, cómo nos producía ira supina el hecho de que en una película infantil llamada Tadeo Jones 2 un personaje dijera abiertamente que le condenaron porque había tenido un abogado de oficio, el tema dista mucho de ser aislado.
Turno de oficio y periodistas
Ante nuestra consternación y la de muchos compañeros, se empieza a hacer eco de que es algo que se suele soltar así en público como si nada, en nada más y nada menos que un programa de televisión de gran audiencia por un o una periodista de renombre.
Y nos enteramos gracias a una compañera que relató en redes sociales, consternada como otros muchos, cómo al ir a tomar café en una cafetería tenían puesto en la televisión un programa de actualidad donde se trataba el tema de Juana Rivas. Y así, sin más suelta un periodista que la tal Juana había cambiado de abogado porque claro, antes la defendía un abogado del Turno de Oficio, y se había pasado a contratar a uno privado porque por supuesto no es lo mismo. Así se quedó de a gusto la periodista en cuestión. Me gustaría ver su reacción si alguno de nuestro gremio así sin más dijera abiertamente en público y un programa de renombre que vamos a ver, no es lo mismo los periodistas de informativos que uno de prensa rosa, vamos a comparar…
Y habiendo soltado esa perla faltándole el respeto a un gremio que abunda en la sociedad española, y al que tanto se le debe y al que tan mal se trata tanto desde dentro como desde fuera, se quedó tan pichi sin que la “moderadora” le llamara la atención. Periodistas, en fin, atacando abogados.
Debería cuando menos disculparse abiertamente y en público desdiciendo esa barbaridad, pero no lo hará porque está más que arraigado en nuestra sociedad esa creencia.
Además, para más abundamiento una compañera que leyó nuestro anterior artículo comentó en el hilo del mismo que había una canción de “Rulo y la Contrabanda” llamada “Noviembre” que decía textualmente: “…si tengo menos voluntad que tu abogado de oficio”. Y oye, tan pichi también.
Es labor nuestra, que nos hagamos respetar señores y señoras abogadas, y a estas últimas les dedicamos la última parte del presente artículo.
“Quiero un abogado hombre”
Y es que ha dado la casualidad, fíjate tú por dónde, de que hace unos días recibimos una llamada de una cliente (sí, sí, UNA CLIENTE) que pedía determinantemente un abogado que fuera HOMBRE. De tal contundencia fue la petición que si le atendía o recibía una abogada MUJER, directamente daba media vuelta y se iba. Tan pichi se quedó ella también.
No era la primera vez que recibíamos una llamada de otra señora cliente pidiendo que le atendiera un señor abogado y en ningún caso una señora abogada. Lo que más nos llama la atención es que sean mujeres las que hasta ahora nos han hecho esa petición.
La cara de la letrada que suscribe cuando se le informa fue más que un poema, y con toda la razón.
Y con esta reseña distamos mucho de querer emular a un llamamiento feminista radical, pero señores un ¡¡¡¡¡Término medio por favor!!!!!
¿Aún estamos en esas? ¿De verdad aún estamos en esas?
Es nuestra labor hacernos respetar. Aún nos queda mucho, por lo visto por hacer.